miércoles, 14 de junio de 2006

NOS SEGUIMOS VIENDO

LA CREACION TELEVISIVA

La existencia de un medio de expresión exige un lenguaje propio o adquirido. La televisión ha sido blanco de las críticas más severas desde su propio nacimiento. No podemos olvidar que ella bebe de tres fuentes poderosas de expresión, el cine, la radio y los espectáculos públicos. Siempre se ha endilgado a la TV su carácter imitativo en sus expresiones artísticas, pero nadie pudo evitar que el mundo del siglo XX estuviera marcado por la expresión televisiva, por un medio que sacudió hasta lo más profundo de los humanos cuando pudo verse reflejado en otras culturas que se nos venían por la “ventanita” del televisor. A partir de la TV, todo estuvo bien cerca y mejor conocido.

Esa “pantallita”, que durante muchos años, por su relación de aspecto la enmarcamos en la dimensión 3 x 4, necesita mucho más que mostrar lo que recomponemos a través de los aparatos sobre esa realidad que captamos o construimos. Ya nada será igual a lo que captamos. Ahora contamos con una interpretación de esa realidad y por tanto estamos en la obligación de traducir con este nuevo lenguaje lo que el televidente no vio cuando se compuso. Necesita entonces de leyes, convenciones , códigos y signos que lo acerquen a esa nueva realidad. Ya no vamos a tener frente a nosotros figuras tridimensionales y mucho menos sonido multidireccional. Las dimensiones “largo por ancho” van a poner barreras a la comunicación con los televidentes. Luces y sombras, color, composición y otros medios de expresión van a ir recomponiendo esa imagen para expresar lo que nosotros queremos mostrar de aquella realidad primaria.

Hablamos de Lenguaje. Lenguaje adquirido y enriquecido, transformado, autenticado o no, que va a constituir el lenguaje televisivo, emparentado, sin dudas, con los lenguajes cinematográfico y radiofónico entre otros.

¿De qué recursos disponía entonces la televisión para expresarse? Lógicamente del SONIDO y de la IMAGEN (video). Pero la justa medida del uso de sus componentes viene a ser la manera en que son utilizado esos componentes para expresarse a través del lenguaje AUDIOVISUAL, adquirido en parte por el cine y la radio. Y fíjense que se habla ya de lenguaje audiovisual. Quiere decir, otra categoría que no significa una suma de recursos expresivos (Sonido + video), como no es una suma el CLORO y el SODIO cuando se combinan adecuadamente para crear el Cloruro de Sodio. Se trata ahora de otra sustancia con nuevos valores que no corresponden ya a sus componentes iniciales, pero que no puede existir sin sus componentes. Es así como nos referiremos a este fenómeno como complejo audiovisual para representar la IMAGEN expresada por su lenguaje.

Muchas veces el propio uso de la palabra imagen ha traído confusiones. Porque algunos se preguntan: ¿Pero la radio también nos da imagen…y la poesía? Toda la imaginación existente parece anulada con la adecuación al medio televisivo, pero no es así. Se trata de imágenes diferentes y no por diferentes pueden provocar sensaciones similares en nuestros receptores.

Pongamos por ejemplo una obra literaria como la de Víctor Hugo es capaz de mostrarnos imágenes vividas a través de las palabras escritas en un libro. El siguiente esquema lo puede expresar más claramente:

LITERATURA = PALABRAS ESCRITAS = IMAGEN A

RADIO = SONIDOS = IMAGEN B

TELEVISION = COMPLEJO AUDIOVISUAL = IMAGEN C

Se trata de diferentes imágenes expresadas por lenguajes que definitivamente se representan en nuestro cerebro para que nos produzcan esa IMAGEN.

El Cine ha demostrado que detrás de una buena obra cinematográfica hay un DIRECTOR bueno y..¿ por qué detrás de una obra de televisión lo que hay es un buen productor en muchos casos? Hay una aberración en este fenómeno que no puede pasar por alto para los que pretenden conocer más de televisión.

Como parte de esa herencia del cine, la TV asume sus estructuras adecuadas al medio y las circunstancias. La Televisión norteamericana por razones de recursos supo dar a cada cual el lugar que correspondía y bien temprano separó las funciones de PRODUCTOR y DIRECTOR, así como otros especialistas en la medida de las exigencias.

En los países de Latinoamérica el fenómeno no evolucionó igual. Las limitaciones económicas de la mayoría de canales de televisión de nuestro continente adecuaron esas estructuras a sus presupuestos económicos, lo que ya implicaba una limitación a su propio desarrollo. No obstante deben asumir los que se empeñan en estos menesteres, que nos referiremos en lo adelante a ese personaje que asume las funciones de creación y puesta en pantalla como DIRECTOR-REALIZADOR. En cuanto al PRODUCTOR, el más importante personaje en una producción televisiva por su connotación, debe quedar para un estudio aparte en el cual el aspecto económico va a representar su actividad principal.